Después de conocer los diversos beneficios que conlleva estudiar en el exterior, debemos mencionar algunos de los aspectos negativos que muchos estudiantes pueden enfrentar en su país de acogida. Entre ellos están:
Es caro: Estudiar en el extranjero implica una fuerte inversión, que se incrementa si primero es necesario aprender el idioma del país de llegada. Además, los gastos generalmente son altos porque usualmente optamos por estudiar en países con economías más fuertes que la nuestra.
En el exterior se deben asumir no sólo los gastos referentes a los estudios, sino también los de manutención y los imprevistos que surjan en el día a día. Si a esto sumamos que probablemente desearás salir y explorar tu nuevo hogar, entonces deberás tener dinero disponible para turismo, entretenimiento y emergencias.
Por esto, si no has hecho la planificación necesaria, en algunos momentos, las presiones financieras podrán socavar el disfrute de tu experiencia.
Sentimiento de soledad: Al no tener a tu familia alrededor seguramente ganarás independencia, pero, si eres de l@s que necesitan supervisión para cumplir con tus metas, también corres el riesgo de no centrarte en los estudios. Además, hacer y desarrollar amistades toma tiempo y puede ser más difícil en una cultura distinta, por eso, al no tener a tus amigos y familiares cerca, en ocasiones podrás sentire perdido o alienado.
Barrera idiomática. Existen barreras lingüísticas en todos los países y es importante conocer el nivel de fluidez idiomática que se espera de ti, tanto por parte de tus profesores y compañeros, como de los ciudadanos con los que te comunicarás en el exterior.
Si estudias en un lugar donde hablen un idioma diferente al tuyo, completar un curso educativo podría demandar un conocimiento a fondo de la lengua. Además, la falta de comprensión del lenguaje podría dificultar el proceso de ganar nuevos amigos y establecer redes sociales.
Pero, incluso estudiando en un país con tu misma lengua nativa, para comunicarte bien tendrás que aprender a desentrañar los diferentes sentidos y significados del idioma, y entender dichos y frases hechas. Por ejemplo, en España comprender qué quieren decirte con “Donde dije digo, digo Diego” o en Colombia con “Está dando lora”.
Choque cultural: Podrás encontrarte sacudido por el repentino cambio de cultura, porque la comida, la religión, los sistemas de transporte, el estilo de vestir, etc., pueden diferir de los de tu país de origen.
Este choque cultural puede ocasionar sentimientos de tristeza, frustración, ansiedad y nostalgia en algunos momentos, y si no estás preparado adecuadamente para hacer frente a esas diferencias, podrían conducirte a un gran estrés.
Algunas de las diferencias de la nueva cultura a la que te enfrentas pueden ser prácticas y obvias, otras pueden ser más sutiles y es probable que encuentres diferencias sociales y psicológicas, o diferencias en la forma como las personas se comportan y se relacionan entre sí.
Legalización de los estudios: Si no haces las consultas pertinentes sobre los procesos de legalización de títulos en el extranjero, puedes encontrarte con que al regresar a casa no puedas convalidar tus estudios, lo que implicará no sólo que has gastado una fuerte suma de dinero, sino un gran contratiempo en tu desarrollo profesional.
Seguro de salud adicional: Estudiar en el exterior, en la mayoría de los casos, implica contar con un seguro médico internacional, que ofrezca una cobertura completa a los estudiantes extranjeros.
En el mercado actual existen opciones asequibles y que brindan servicios de calidad, pero al momento de planear tu viaje es importante que te informes y valores bien las opciones, pues un seguro médico internacional es un desembolso, pero también puede reducir significativamente tus gastos personales, en caso de que ocurra una enfermedad o lesión inesperada durante el curso de tu programa.
¿Conoces otras desventajas de estudiar en el extranjero? Cuéntanos.