Colombia es un país desigual que con la pandemia vio crecer más la brecha entre los que tienen más posibilidades económicas y los que luchan por conseguir lo del diario. Basta analizar los indicadores que el DANE ha publicado a lo largo del año para ver la destrucción de empleo (más de cinco millones en un solo mes), la disparidad que viven las mujeres cuando de equidad laboral se trata (incluso una caída de dos dígitos), del débil crecimiento del PIB en un año de crisis y de la vulnerabilidad a la que como sociedad quedamos expuestos por cuenta del coronavirus.
La vulnerabilidad a la que nos expuso el coronavirus obliga a que en una nueva y mejor normalidad trabajemos, ahora sí, en conjunto. El resultado dependerá de cómo seamos capaces de apoyar a quienes más lo necesitan. Seguir leyendo